Skip to main content

Duro como el acero, Parte 3: Nuestro “hubo una vez”

Hubo un tiempo en el que Jesús se enfrentó a la injusticia de un imperio y a la hipocresía del templo. Él nos presentó a Dios como el Padre. Él enseñó a sus seguidores a que amaran a sus enemigos y perdonaran a todos. Jesús nunca escribió una palabra ni viajó más lejos de lo que podía caminar, pero enseñó una manera de pensar, creer y de comportarse, que aunque parecía extraña e impráctica, cambio al mundo para siempre. Jesús no ha terminado de cambiar al mundo. Él nos llama a cada uno de nosotros a enfrentar a la injusticia, a amar a nuestros enemigos, a poner la otra mejilla y a seguirlo.