
Tu integridad, nuestro mundo. Parte 2: ¡Enderézate!
A veces estamos dispuestos a ser malos para no quedar mal. Pero cuando estamos más preocupados por nuestra reputación que por nuestra integridad, eventualmente dañamos ambas.

A veces estamos dispuestos a ser malos para no quedar mal. Pero cuando estamos más preocupados por nuestra reputación que por nuestra integridad, eventualmente dañamos ambas.







